Es bastante probable que sólo los nativos de la zona que hayan dejado atrás -¡ay!- el medio siglo, recuerden a estos excepcionales ciudadanos.
La primera caricatura, sin colorear, es un boceto. Por eso no lleva fecha, ya que Luís de Eulogio no databa y firmaba sus dibujos hasta que los consideraba terminados. Pero aún así, refleja fielmente al caricaturizado.
La segunda, del año 1967, causó gran regocijo a su protagonista, que aprovechó la ocasión para concelebrar con el autor en "Casa Vicente" un merecido homenaje al dios Baco. Conviene señalar que Luís y Rafael, amigos desde la mocedad, entre otras travesuras veniales que no es oportuno relatar, habían jugado al fútbol juntos en "Los Diablos Rojos" y tenían cierto entrenamiento en improvisar festejos de tono menor tras los partidos en que su equipo ganaba el encuentro.