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Manuel Díaz Ron

Publicado en Biografías
16 Septiembre 2014 by

Manuel Díaz Ron, Abres, Vegadeo, 1925 - París, 2010.

Asturiano de nacimiento y sentimiento, afincado en Francia, donde fue héroe de la Resistencia contra las tropas alemanas en la II Guerra Mundial y, posteriormente, desarrolló una gran carrera como empresario y político.

Nació en Abres (aldea del concejo o municipio asturiano de Vegadeo) en 1925 y se crió en Villaviciosa (Asturias), de donde era natural su padre. La guerra civil le obligó a refugiarse junto con su familia --su progenitor era concejal de Izquierda Republicana en Oviedo-- primero en Valencia, donde estaba el Gobierno republicano, luego en Barcelona y ya de una manera definitiva en Millau, ciudad del sur de Francia y capital del departamento de Aveyron, a la que llegó cuando tenía 14 años y de la que sería antes libertador al frente de los maquis y luego alcalde durante 18.

A este militante del Partido Radical, del que llegó a ser vicepresidente, Jacques Chirac lo convenció para que fuera a París como alcalde adjunto, cargo que desempeñó, tras su paso por la alcaldía de Millou, desde 1983 hasta 2001, año en que dejó voluntariamente los puestos políticos.

Díaz Ron, después de hacer estudios de Ingeniería en París, se embarcó en la aventura empresarial, llegando a crear un imperio de la construcción.

A lo largo de su vida son numerosas las responsabilidades por él desempeñadas. Director de trabajos de la empresa Albaric (1950-1954), director general de la empresa Grès (1955-1957), presidente-director general de las empresas Gloriès (1962-1966) y de L'Européene d'Entreprises (desde 1957), administrador fundador de la Sociedad de Estudios Generales de Construcciones Industriales y Civiles (Segic), de la Sociedad de Estudios Generales para la Restauración, la Hostelería y el Comercio en las Autopistas Urbanas, de la Sociedad de Mantenimiento General y de Explotación (Segex), de la Urbana de Trabajos, y administrador de Cofiroute, vicepresidente de la Sociedad General de Empresas (1971-1977), administrador desde 1985 de la compañía aérea Euralair y de Electrobanque, presidente de la sociedad financiera Argirám (a partir de 1990), y de la Agencia Francesa de Turismo (Afit), administrador del Mercado Nacional de Rungis, miembro de la sección de expansión exterior y de cooperación del Consejo Económico y Social (1972-1973) y del comité director de los ayuntamientos de Francia.

Administrador a partir de 1995 de la Fundación Nacional de la Francia Libre y de la Fundación Nacional de la Resistencia, vicepresidente de las Amitiés de la Résistance, miembro y vicepresidente del Círculo Republicano, Comendador de la Legión de Honor, había recibido la Cruz de Guerra 39-45. Perteneció a la Gran Logia Nacional Francesa y estuvo muy ligado a la Gran Logia de España.

Díaz Ron, miembro del jurado de los premios Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional, el 5 de junio de 2007 recibió en Oviedo (capital de su Asturias natal, tierra a la que viaja con frecuencia en las últimas décadas) la Encomienda de la Orden del Mérito Civil —una de las más altas distinciones en España— en reconocimiento a la labor realizada por él, en colaboración con la Embajada de España en París, facilitando la implantación de empresas españolas en Francia.

Falleció en París el 11 de noviembre de 2010, a los 86 años de edad, siendo enterrado el día 16 del mismo mes en la capital francesa, concretamente en un pequeño cementerio del Trocadero, desde el que se ve la torre Eiffel.

Poco antes de su muerte, según una publicación era una de las seis mayores fortunas de su amada Francia («soy francés hasta el fondo de mi alma, pero he seguido siendo asturiano»), así como una de las ocho personas más influyentes del país vecino en el mundo de la empresa y entre los partidos políticos de tendencia liberal conservadora.

FUENTES: Fundación Príncipe de Asturias — www.VivirAsturias.com.

Artículo publicado en La Nueva España con motivo de su fallecimiento.

Oviedo, Javier NEIRA
El empresario y político Manuel Díaz Ron, asturiano de Abres recriado en Francia, falleció en París el pasado jueves, a última hora de la noche, a los 86 años de edad.

Exiliado siendo aún un niño, desarrolló en el país vecino que le acogió una extraordinaria carrera profesional, alcanzado la presidencia de empresas multinacionales y participando en primera línea en muchas actividades industriales, comerciales y agrícolas, al tiempo que realizaba una destacada labor política que le llevó a ser vicealcalde de París cuando el después presidente de la República Jacques Chirac era el alcalde de la capital francesa.

Una reciente publicación consideraba a Díaz Ron como una de las ocho personas más influyentes de Francia por su peso en el mundo de la empresa -también se le consideraba como una de las seis mayores fortunas del país vecino- por su carisma dentro de las formaciones políticas de carácter liberal conservador y, quizá de forma especial, por su fuerte personalidad que le convertía aún, a su avanzada edad, en el consejero natural de las personas más destacadas de su país de adopción como, por ejemplo, el presidente Sarkozy.
Enamorado de Asturias, tuvo hasta hace pocos años en Villaviciosa, de donde era su padre, una espléndida finca -de las mejores de la región- y siempre mantuvo un grupo de amigos que inevitablemente, en cuanto ponía un pie en Oviedo, arrastraba a beber sidra por la zona de Santa Clara o hasta la Gascona. Si de comer se trataba, a La Tortuga, en Tazones.

En Asturias, citar a Manolo Ron era y es mencionar a la masonería. Efectivamente era masón y quizá porque en España aún las cosas son distintas a lo que ocurre en otros países europeos o americanos, si no chocaba al menos siempre se destacaba esa condición al referirse a él. Pertenecía a la Gran Logia Nacional Francesa, una obediencia regular, teísta, apolítica y liberal. Y también estaba muy vinculado a la Gran Logia de España, de iguales características. En todo caso, y contra algunas suposiciones que se llegaron a hacer, la masonería no influyó en su carrera política y profesional siquiera, sea porque se inició cuando ya había cumplido 50 años.

Manuel Díaz Ron abandonó Asturias y España durante la Guerra Civil, acompañando a su padre que era concejal en Oviedo de Izquierda Republicana. Regresó años después y en 1960 tuvo que traer, al menos por unos días, a su padre porque «sencillamente se moría si no veía un poco Asturias». Una visita accidentada porque, como alguna vez contó, tuvieron una constante vigilancia de las fuerzas del orden.
En Francia se enroló en la resistencia y llegó a ser un héroe nacional, liberó la ciudad de Millau de la que después fue alcalde y ya durante los años de paz desarrolló en Francia una labor multiempresarial en la construcción -incluso en Marbella, hasta que la dejó cuando empezaron a aflorar asuntos turbios- y la finanzas. Nunca se jubiló, hace aún muy pocos años participó en las frustradas conversaciones a tres para fusionar BNP Paribas -«el presidente es como mi hijo», declaró-, el primer banco galo, y Société Générale, el segundo banco, de la que era consejero. Fue alto directivo de Alstom y de ITT Europa.

En 2007, el Rey le concedió la Encomienda de la Orden del Mérito Civil que le entregó el delegado del Gobierno, Antonio Trevín, en un acto celebrado en Oviedo. «Tenía una gran personalidad, era muy inteligente y carismático»

Blas Herrero; Empresario «Era un ejemplo de la elegancia del exilio español y asturiano, recuperó lazos»
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Director emérito de la Fundación Príncipe

Cuando recibió la condecoración real recordó que «en mi época política me han llamado capitalista y bebedor de sangre, pero jamás oí a nadie llamarme extranjero por mi origen español. Francia tiene una fama chovinista que no es merecida. Soy francés hasta el fondo de mi alma, pero he seguido siendo asturiano».

En sus frecuentes visitas a Asturias solía realizar una escala previa en Santander o Madrid para ver al financiero Emilio Botín y otra posterior en Santiago de Compostela para visitar a Manuel Fraga, al menos cuando era presidente de la Xunta de Galicia.

En nueve ocasiones fue jurado de los premios de Cooperación Internacional de la Fundación Príncipe de Asturias. Era uno de los pocos patronos de la Fundación a título personal y no en representación de una firma o institución.

En 2005 declaró a LA NUEVA ESPAÑA: «Zapatero es listo, no creo que se deje llevar por el romanticismo socialista». Un año después dijo: «Aquel sueño de hacer unos Estados Unidos de Europa está muerto». Y en 2008 afirmó: «Estamos pagando años y años de imprudencias y de falta de respeto al orden financiero internacional». El próximo martes será enterrado en París.

Corresponsal

Consejo de redacción de Ría del Eo

Sitio Web: riadeleo.com

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